martes, 29 de agosto de 2017

Genialidad de libro: El principito

A estas alturas, hablar de ¨El principito¨ no es descubrir nada nuevo. Es el libro francés más traducido y leído de todos los tiempos, acumula más de 200 portadas, y es uno de los más vendidos de la historia. No puede ser casualidad semejante éxito. Mucho se ha escrito ya sobre esta preciosa obra de Antoine de Saint-Exupéry, y bien merecido tiene este libro que se hayan dedicado tantos buenos elogios a él. Ser una de las grandes obras que se han escrito, es lo que tiene.



Sinopsis
Un piloto se estrella en el desierto tras sufrir una avería. Allí, conoce a un pequeño príncipe muy curioso, que le cuenta su viaje desde un pequeño planeta en el que él vive, hasta llegar al planeta Tierra.

Cada vez quedan menos, pero todavía existen demasiados iluminados que se piensan que esto es un libro infantil simplemente por el hecho de que un niño puede leerlo dada la sencillez de su lenguaje, su reducida extensión y porque la obra incorpora unas ilustraciones que no son lo más complejo del mundo. Pero eso no significa que esté enfocado al público infantil. Por supuesto, los niños pueden leerlo y disfrutarlo, pero para llegar a degustarlo medianamente bien, captando todos los mensajes que aparecen, es necesario acumular bastantes más años.

Mi propio caso es el que muchas veces se ha repetido. De niño no me gustó, cuando lo leí de adolescente me pareció realmente cursi y soso, pero unos años después, ya en mi veintena, me ha parecido una interesante joyita de la literatura.

Porque este libro rebosa de simbolismos y metáforas que se escapan a la mayoría de mentes infantiles, las cuales solo van a acceder a una trama lineal, sin comprender todas las referencias. Para empezar, el propio Principito que se le aparece al piloto representa la misma ¨infancia¨ que planta cara al mundo adulto. La Rosa es el amor de nuestras vidas al que tenemos que cuidar, pero también al que hay que aguantar en sus malos momentos. El Zorro se refiere a la amistad que debe ser domesticada poco a poco. O esa simple caja dibujada que simboliza la infinita imaginación del hombre. Y así, mucho más entre todas sus páginas para quedarse embobado ante semejante lucidez del autor.

Pero entre tanto simbolismo maravilloso, el que me fascinó por cómo se presentó fue el de los baobabs, que representaba los problemas de la vida. Todas esas dificultades de la existencia humana que si se atrapan y manejan cuando estamos a tiempo, nos evitan disgustos mucho mayores, pero que si se dejan crecer, eliminarlos resulta imposible.

El Principito se puede analizar desde muchas perspectivas, pero por encima de todo está claro que es un verdadero grito a la creatividad e imaginación de los niños. Una especie de reivindicación de la maravillosa infancia, convertida en un libro que deberían leer sin parar todos esos adultos que parece que han olvidado que una vez fueron niños con ilusiones y sueños que ansiaban cumplir. Una verdadera pena que tantos de esos niños crezcan y acaben convertidos en adultos imbéciles con un don especial para romper pequeñas ilusiones de otros niños.

También es un libro para que los adultos, esos que necesitan constantemente explicaciones para todo, recuerden que la vida es mucho más sencilla de lo que ellos creen. Adultos demasiado centrados en parecer lo que la sociedad les obliga a parecer, aun olvidando a su niño interior. Porque no hace falta ser admirado por los demás, ansiar el poder, recurrir a vicios peligrosos, acumular riqueza a la que no se le da valor, estudiar cosas que no nos resultan útiles o trabajar al máximo sin apreciar la vida. Todos esto y mucho más lo aprende El Principito durante su viaje y encuentro con una serie de curiosos personajes, que sirven para dar todo un repaso a tanta gente superficial. Como por ejemplo, ese astrónomo turco que viene a decirnos lo realmente insignificante que resultan nuestras prendas de vestir, ya que lo que realmente importa de cada uno de nosotros, son nuestras ideas.

Durante ese viaje, el libro regala una considerable cantidad de frases para el recuerdo. Frases que incluso gente que no ha tocado este libro conoce, como es el caso de ¨lo esencial es invisible a los ojos¨, una frase que entre sus variados significados, destaca por querer recordarnos que lo importante de la vida no es lo material o el dinero, sino el interior de las personas.

Muy necesario este tipo de lecturas para que valoremos más de lo que lo hacemos a nuestro niño interior. Aunque sea difícil por las obligaciones de la vida adulta, quizás hace falta recuperar ese espíritu de la infancia y trasladarlo a nuestra rutina diaria.

¨Es mucho más difícil juzgarse
a sí mismo que a los demás¨.

PUNTUACIÓN
Personajes: 8,5 (Personajes simbólicos cuya aparición sirve para exponer una crítica, un sentimiento, o una realidad. Maravillosos).

Trama: 9 (Un viaje para aprender durante todo el proceso).

Temas: 10 (Todos los simbolismos y las metáforas son fuertes críticas al mundo de los adultos de una forma muy sutil. Todo un lujo ver como este libro desarrolla tantos temas con una calidad tan particular).

Estilo: 7,5 (Por muy bueno que sea el conjunto de la obra, no se puede dejar de lado que su lenguaje es simple y ligero. Pero efectivo y de calidad dentro de su ámbito para lo que pretende transmitir).

Ambientación: 8 (Un desierto y planetas en el espacio son muy buenas visiones de lo que es la vida humana).

Desenlace: 8 (Final triste pero que deja todos los ingredientes para que replanteemos nuestra forma de vida).


NOTA GENERAL: 8,5

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